¿Cómo reducir los costos de ponerse en acción?

Tres simples pasos

 Si ya se lograron las estrategias para evitar posponer el ponerse en acción (ver artículo anterior), entonces ahora, ¿cómo se pueden reducir los costos de actuar? Existen tres simples pasos:

  1. Identificar el primer paso. Muchas veces ocurre que las personas se sienten intimidadas por la tarea que están evitando, para esto es muy útil dividir las tareas grandes y poco definidas, en pequeñas tareas que aparentemente no requieren un gran esfuerzo. O mejor, se debe identificar el paso más pequeño posible que se puede dar, algo que al cerebro le resulte tan fácil de hacer que no tenga problemas para considerar que los beneficios superan los costos del esfuerzo. Al lograr esta pequeña primera meta mínima, la persona se sentirá más motivada para dar el siguiente paso.
  2. Asociar el primer paso con una recompensa o un regalo. Es posible conseguir que el costo del esfuerzo sea aún menor si se vincula ese pequeño paso con algo que realmente se quiera hacer, es decir, asociar la tarea que se está evitando con algo que no se esté evitando. Por ejemplo, permitirse ver una serie de TV cuando se va al gimnasio, ya que el placer ayuda a diluir la percepción que tiene el cerebro del «costo» a corto plazo de hacer ejercicio. Así mismo, se puede reunir la suficiente autodisciplina para completar una tarea compleja si se promete a uno mismo que se hará en una bonita cafetería tomando el café favorito.
  3. Eliminar el bloqueo oculto. Muchas veces aparece la sensación de volver a una tarea una y otra vez, sin tener la voluntad de dar el primer paso. Si esto ocurre, es necesario preguntarse qué es lo que hace que resulte tan desagradable actuar y, con paciencia, poco a poco el bloqueo saldrá a flote. Una vez que el conflicto se haya vuelto más explícito, es mucho más probable encontrar una forma de superarlo, quizá estableciendo metas diarias la noche anterior.

Entonces la próxima vez que aparezca la sensación de incapacidad para abordar tareas importantes, es útil asumir que el cerebro necesita ayuda si se trata de algo que tenga un beneficio más a largo plazo. Se recomienda intentar al menos dar un primer paso para que los beneficios de la acción aparenten ser más grandes, y otro paso que genere la sensación de que los costos de esta acción son menores.

Fuente: Harvard Business Review

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