¿Cómo mantenerme motivado en el trabajo?
Nos atrae la novedad y nos acostumbramos a lo antiguo. Lo nuevo tiene un sabor especial, nos genera una sensación de emoción difícil de describir, muy placentera pero temporal. Luego nos vamos acostumbrando, eso que era nuevo ya pasa a ser parte de la rutina y de repente nos vemos algo aburridos. Cuando se trata de una actividad, como puede ser el trabajo, puede comenzar a realizarse de forma mecánica, ya conocemos lo que hay que hacer y se puede transformar en algo poco estimulante.
Podemos esperar que algo cambie externamente. Y esta emoción de la novedad durará un tiempo y volveremos a la meseta en que nos encontrábamos antes. Entonces ¿cómo podemos darle un vuelco a nuestra motivación en el trabajo? Una forma de hacerlo que depende de nosotros y no de circunstancias externas, y que tiene un efecto más permanente que la novedad, es el de proponerlos desafíos. A continuación algunas ideas para hacerlo:
PLANTÉATE UN DESAFÍO LABORAL: aunque estés en el mismo cargo que el año pasado, tener desafíos le da variedad a la rutina. Si tus supervisores y jefes te hicieron una evaluación a fin de año, es un buen momento para tomarla en consideración. Si no te evaluaron, puedes autoevaluarte preguntándote por ejemplo ¿qué habilidades necesito desarrollar? Anótalo.
CONCRETIZA TU DESAFÍO: desmenuza tu desafío en conductas y cualidades observables y lo más específicas posible. Esto facilitará su cumplimiento y te dará una pauta para medir los cambios. Por ejemplo, si quieres desarrollar el liderazgo y notas que un líder maneja bien a su equipo, define qué conductas observables muestran que existe un buen manejo de equipo. Escribe estas ideas concretas.
¿DÓNDE ESTOY HOY?: en el punto anterior definiste a dónde quieres llegar. Evalúa ahora dónde te encuentras hoy respecto al cumplimiento de tu desafío, para medir tus avances. Anótalo.
DEFINE UN PLAN DE ACCIÓN: traza el camino que te llevará desde dónde estás hoy hasta el cumplimiento de tu desafío. Puedes hacerte preguntas como ¿qué necesitaré practicar?, ¿quién puede ayudarme?, ¿cómo haré para no olvidar trabajar mi desafío? Escribe tu plan de acción.
ESTABLECE PLAZOS: los plazos son útiles para medir el proceso y hacer ajustes en nuestra estrategia. Establece un plazo para trabajar tu desafío. Un buen plazo puede ser por ejemplo, el primer semestre, porque no es tan lejano pero te da tiempo para trabajarlo. Define plazos intermedios para evaluar tus avances. Anota tus plazos en un lugar visible.
MANOS A LA OBRA: pon en práctica tu plan de acción.
Psicóloga Catalina Villarroel B.
EAS