Los desafíos laborales de la «nueva normalidad»
La “nueva normalidad” a causa del coronavirus es un gran desafío para muchas empresas que están evaluando si reinician o no el retorno a sus oficinas o lugares de trabajo y cómo deben hacerlo. Ante un escenario que aún es incierto, es esperable que aparezca el miedo, la inseguridad y que haya diferencias de opinión tanto entre quienes dirigen las compañías como entre los mismos trabajadores.
Algunos jefes pueden ser partidarios del retorno y otros puede que aún se encuentren escépticos ante esa opción. Lo mismo puede ocurrir con los colaboradores, dadas las distintas circunstancias que cada uno de ellos esté sorteando.
Sin embargo, lo importante es saber que estas situaciones pueden ocurrir y que el retorno debe ser un proceso gradual, donde se transmita preocupación e interés genuino por la salud y el bienestar de quienes trabajan en la empresa.
A la hora de evaluar un retorno seguro, es importante tener en consideración que la realidad de cada colaborador no es la misma. De igual manera, es necesario que la empresa se muestre preocupada por ello. ¿Cómo hacerlo? A continuación, entregamos algunas consideraciones que pueden ser de utilidad:
- Evaluar si en la empresa hay colaboradores que sean de riesgo o si alguno vive con personas que lo sean. Lo ideal es que este grupo tenga más flexibilidad para el retorno.
- Realizar un retorno gradual, en primer lugar con aquella población que no es de riesgo.
- Evitar grandes aglomeraciones de gente. Una alternativa para evitar esto puede ser organizar turnos por día.
- Informar a los colaboradores cuáles serán las medidas de higiene que se estarán tomando: uso de mascarillas, higienización, uso de alcohol gel, uso de desinfectante en aerosol, entre otros.
- Asegurar que exista el suministro necesario para cumplir con ellas. Para lo anterior, es importante que exista claridad sobre quién será la persona encargada de manejar, garantizar y distribuir el suministro de estos materiales o insumos.
- Planificar cambios en el uso de espacios comunes, como los baños y comedores. Se podría coordinar sistemas de turnos para horarios de colaciones, por ejemplo.
- Colocar carteles en los puestos de trabajo o espacios comunes que recuerden las medidas tomadas.
- Reorganizar los esquemas de trabajo por un tiempo. Ser flexible, dado que todavía se pueden hacer algunas tareas desde el hogar. Además, ya ha quedado demostrado que mucha gente puede trabajar de manera eficiente en forma remota.
- En la medida de lo posible, flexibilizar horarios de entrada y salida para evitar aglomeraciones en el transporte público.
- Luego de la primera semana de retorno, pedir feedback a los colaboradores para saber cómo han funcionado las medidas de seguridad implementadas, entendiendo que esta situación es nueva para todos. Pedir esta retroalimentación traerá distintos beneficios: los trabajadores notarán que la empresa muestra interés por su bienestar y verán que existe disposición a flexibilizar o ajustar las medidas propuestas. Por otra parte, a la empresa le permitirá tomar acciones concretas para implementar de la mejor manera las medidas que resguarden la seguridad de sus colaboradores.
- Enfatizar que el retorno seguro implica ayuda de todo el equipo de trabajo.
Tomar decisiones bien meditadas, sobre todo en estos tiempos de tanta incertidumbre laboral, puede marcar la diferencia.