Hoy en día vivimos rodeados de tecnología y medios de comunicación masivos, lo que genera en nosotros la sensación de estar constantemente comunicados con los demás. Sin embargo, estar conectados no implica estar teniendo una buena comunicación con quienes nos rodean.
Sin duda los avances en la tecnología han permitido que podamos mantener contacto con personas de las que estamos físicamente lejos, sin embargo la tecnología y su masificación ha ido generando un déficit en la calidad de las relaciones.
Te recomendamos:
- Dejar el teléfono fuera de la mesa: cuando estés sentado comiendo con algún amigo o familiar, deja tu teléfono guardado para que ese momento de interacción cara a cara no se vea invadido por la “sobre-conexión”.
- Apaga los ruidos externos: al compartir un espacio con tu familia (cocina, living, sala de estar) apaga la televisión y otros medios de comunicación masiva que llenan el espacio y que limitan las iniciativas de comunicación directa.
- Establece los tiempos de uso de tecnología: todos tenemos tiempo para jugar, chatear y usar las redes sociales, y determinar cuáles son esos momentos permite que todos estemos “desconectados” al mismo tiempo.
- Entabla conversaciones afectivas: producto de la rapidez del mundo y del poco tiempo que tenemos, acostumbramos comunicarnos con los demás en un plano práctico y nos olvidamos preguntar por lo que va más allá de lo que hicimos en el día.
¡Usemos la tecnología a nuestro favor y no en nuestra contra!
Equipo EAS