¿La salud mental puede ser un objetivo corporativo?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó el Síndrome de Burnout en la Clasificación Internacional de Enfermedades y lo describió como «un síndrome resultante del estrés crónico en el trabajo que no se ha administrado con éxito». Burnout no es un término nuevo, sin embargo nunca había estado tan presente. Se refiere a un tipo de agotamiento físico, emocional y mental vinculado directamente a la percepción de éxito y reconocimiento.
Las horas de trabajo se están volviendo más intensas y el mercado cada vez más competitivo, lo que está generando que los trabajadores se estén sobrecargando con múltiples funciones y como consecuencia se está afectando la salud mental de las personas, lo que hace necesario tomar medidas.
En esta loca carrera por el alto rendimiento, nos estamos acostumbrando a ver como diversas compañías acumulan pérdidas significativas de sus trabajadores, precisamente por la falta de atención con la salud mental de las personas. El intento de ser feliz y productivo en el trabajo, paradójicamente está generando el efecto contrario, es decir, está generando mayor malestar. En este punto, las culturas organizacionales son clave.
Debemos poner atención en los problemas que reflejan directamente la salud de las personas en las empresas. De acuerdo al artículo de la Revista Melhor de Brasil, hoy solo el 18% de las empresas tienen algún tipo de acción centrada en la salud mental de sus trabajadores. Se hace necesario entender que las empresas deben invertir en programas que trabajen estos temas para aprender cómo mejorarlos en su entorno laboral diario.
Si no se toman acciones en el corto plazo, el mundo corporativo comenzaría a derrumbarse ya que estaría compuesto de personas cada vez más enfermas emocionalmente, por lo que se hace necesario un cambio en la cultura y la mentalidad para frenar la propagación de esta enfermedad que, en un momento u otro, repercute en los trabajadores, incluso en los más destacados. Se hace necesario crear ambientes emocionalmente seguro en las empresas.
La inteligencia emocional está directamente relacionada con la salud mental y estamos en un mundo donde las personas no pueden decir lo que sienten libremente, esto se refleja en las acciones que se toman a diario. Diversas investigaciones y departamentos de recursos humanos de muchas compañías ya discuten este tema porque se han dado cuenta de que se ve directamente reflejado en el desempeño del equipo. No olvidemos que las emociones son contagiosas, entonces en ausencia de inteligencia emocional, un líder puede crear un ambiente tóxico, peligroso y agotador.
Tenemos que aprender a diagnosticar la crisis psicológica que la sociedad tiene en nuestras compañías y proporcionar las herramientas para que los líderes y trabajadores tengan una salud mental de calidad. El objetivo debe ser ayudar a las organizaciones en el proceso de transformación, ya que un equipo equilibrado se desempeña mejor y no solo impacta el resultado final, sino también y, especialmente, el clima organizacional.
Fuente: Revista Melhor