¿Cómo un buen líder puede construir confianza y empatía?

Un mal jefe sólo se preocupa de cómo se verá él cuando sus trabajadores fallan, en cambio un buen jefe sabe que los errores son una forma de aprender. Mostrar confianza y empatía en el trabajo son herramientas que constantemente se están entrenando, no es algo que venga de forma natural. En un ambiente laboral, tendemos a asegurarnos de obtener el crédito de un trabajo bien hecho, más que asegurarnos de que los otros también tengan su reconocimiento, lo que puede aislarnos del equipo.

Para los líderes puede ser difícil hacer todo al mismo tiempo. Muchas veces, un jefe puede pensar que la mejor forma de aproximarse es dando instrucciones, estableciendo reglas y luego hacerlas cumplir. Esto tiene que ver con sobrevivencia, quieren asegurarse de que se ven bien, tienden a promulgar grandes dictámenes y castigar a los trabajadores cuando no cumplen porque piensan que así sobrevivirán en el lugar de trabajo. Este tipo de jefe no muestra empatía; su mayor objetivo es que los proyectos se logren a tiempo y verse bien frente a todos los demás, y quizás, con esto lograr un aumento de sueldo. Para este tipo de jefes la persona más importante de la empresa es la que se lleva el reconocimiento y eso es todo.

Sin embargo, hay una alternativa mejor y es mirar el mundo desde los ojos del equipo. ¿Qué necesitan para sobrevivir?, ¿cómo entienden el proyecto en el que están trabajando? Interesarse realmente en el equipo muestra confianza y empatía pudiendo liderar un mejor equipo, obteniendo mejores resultados para la compañía, y para el jefe también. Obviamente esto trae un gran riesgo ya que cuando confías, también debes aceptar que el equipo te puede hacer quedar mal ya que siempre va a haber errores porque somos seres humanos. Un mal jefe está constantemente citando las reglas y asegurándose de que nada malo nunca ocurra, sin embargo,  sin riesgo no hay recompensa. Los trabajadores no se arriesgan para no ser criticados, no arman sus propios proyectos o desarrollan sus ideas para mantener todo a salvo, incluyendo su propio trabajo y la percepción que los otros tienen de su jefe y el equipo.

En cambio al mostrar empatía y confianza, los trabajadores hacen suyos los proyectos, no quieren equivocarse, pero aprenden de sus errores. Un mal jefe enfatiza el error lo que va creando un ambiente de trabajo hostil: los errores desilusionan al jefe, cada uno se encierra en su espacio, empeora la relación del equipo. Un buen jefe pone el énfasis en la confianza y la empatía, ve los errores como oportunidad. Los trabajadores saben que cualquier error no provoca un desastre mayor. Lidera para entender y encontrar un camino para llegar a una solución.

Un colaborador que siente que el fracaso hace que el jefe se vea mal, no se va a arriesgar y no va a crear nada nuevo, en cambio, quien cree que el fracaso no es el fin del mundo, intentará lograr grandes cosas. Se va creando una atmosfera de unidad y bienestar en el trabajo. Empatía y confianza fomentan una sana dinámica de equipo. Está bien equivocarse y probar nuevas cosas, y eso lo permite un jefe que quiere ver a su equipo brillar.

Fuente inc.com

Share on LinkedInTweet about this on TwitterShare on FacebookPin on PinterestEmail this to someone