No importa el cargo que se tenga, existen posturas corporales que pueden ayudar a potenciar la productividad en el trabajo.
“La postura afecta la manera en la que pensamos”, afirma Sian Beilock, psicólogo; “una de las formas en que moldeamos nuestros pensamientos es a través de los movimientos físicos”. Beilock se refiere a una teoría conocida como “cognición corporizada” que señala que nuestro cerebro observa la cara y cuerpo de alguien para entender cómo se siente. ¿Estará enérgico, motivado, aburrido? La expresión facial y la postura corporal ayudan al cerebro a descubrirlo.
La productividad realmente se trata de decirle al cerebro: “Estoy al mando, me siento bien, ¡estoy listo!”, dice Dana Carney, psicóloga, y la forma más fácil de mandar esta señal es a través del cuerpo.
En el estudio realizado por Carney se muestra que las posturas corporales expansivas, conocidas como “poses de poder”, pueden poner a las personas en un estado mental productivo. La razón es que las posturas sirven para incrementar los niveles de testosterona, hormona dominante que le entrega al cerebro la confianza para realizar una tarea y asegura de que se pueda llevar a cabo. No importa la cantidad de testosterona que naturalmente se tenga, sino el incremento relativo que se obtiene al hacer ciertas poses. En otras palabras, esa energía que se siente después de conseguir un gran triunfo, la confianza de que se puede hacer prácticamente cualquier cosa, aparece cuando una persona se estira.
Aquí presentamos tres posturas expansivas que tienen este efecto, ya sea estando sentado en una reunión, hablando por teléfono o trabajando en un proyecto:
- Poner las manos en la cabeza con los codos por fuera: Hacer esto motiva a sentarse derecho y abrir el pecho, una postura que facilita que las ideas fluyan. Se sugiere intentarlo cuando se esté pensando en cómo resolver un problema o cuando se estén diseñando nuevas estrategias para conseguir algo.
- Descansar un brazo en la silla contigua: Poner un brazo en otro lugar fuera del que se tiene designado, como una silla o un escritorio, duplica el espacio que utiliza el cuerpo, lo que genera sentirse más poderoso. Se sugiere aplicar esta postura cuando se haga una llamada importante, estando en una reunión con clientes o buscando cerrar algún trato.
- Extender las piernas o apoyarlas en un reposapiés: Sentarse frente a un computador restringe la actividad y extensión del cuerpo, lo que nos hace menos productivos. Por eso, estirar las piernas de vez en cuando es una forma de contrarrestar este efecto. Se sugiere probar hacerlo al responder un e-mail, contestar una llamada o antes de una reunión.
Cada una de estas posturas permite que el cuerpo se expanda. Tomar más espacio del habitual le dice al cerebro que se está en una posición de poder, lo que incrementa la testosterona y provoca instalarse en una posición de mayor productividad.
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