Una conversación requiere un equilibrio entre hablar y escuchar, y muchas veces perdemos ese equilibrio. Se puede tener grandes conversaciones con alguien sin importar si me agrada o no, o si estoy de acuerdo o no con lo que dice.
Existen muchos tips para mostrar que se está poniendo atención al otro, sin embargo no es necesario aparentarlo cuando realmente estamos poniendo atención a lo que el otro dice.
Todos hemos tenido grandes conversaciones, sabemos cómo son. Son esas conversaciones en las que nos vamos sintiendo comprometidos, inspirados, donde se ha hecho una real conexión con otro o donde sentimos que entendimos perfectamente. Todas nuestras interacciones pueden ser así, por eso es útil aprender a tener una conversación sin perder el tiempo, sin aburrirse, y sin ofender a nadie.
¿Cómo conversar y cómo escuchar?
Existen 10 reglas para tener este tipo de conversaciones, sin embargo eligiendo una de ellas y manejándola bien, ya se consigue tener una mejor conversación.
- Abandonar el modo “multitarea”: es importante estar presente, estar EN ese momento, no estar pensando en otra cosa. Si quieres salir de la conversación, hazlo, pero no converses pensando en otra cosa. No sirve estar mitad presente, mitad ausente.
- Escuchar: es la habilidad más importante que puedes desarrollar; requiere esfuerzo y energía. Generalmente preferimos hablar a escuchar ya que hablando estamos en control, somos el centro de atención, y no tenemos que escuchar algo que no nos interesa. Puede ser difícil concentrarse para escuchar al otro porque nos distraemos. La persona promedio habla 225 palabras por minuto, sin embargo tenemos la capacidad de escuchar hasta 500 palabras por minuto; las palabras que no escuchamos, las rellenamos con nuestras propias palabras. La idea es escuchar con la intención de entender, no con la intención de responder, que es lo que habitualmente se hace.
- Evitar ser dogmático: si quieres dar tu opinión sin dar la oportunidad de respuesta o intercambio de ideas, mejor escríbela. Debes iniciar una conversación asumiendo que hay algo que puedes aprender de ella, que el otro te puede aportar con algo.
- Usar preguntas abiertas: es útil hacer preguntas que inicien con quién, qué, cuándo, dónde y cómo. No pongas descripciones en la pregunta, deja que el otro describa, por ejemplo, es distinto preguntar ¿te asustaste? o ¿fue entretenido?, a preguntar, ¿cómo fue?, ¿qué te pareció? Esto hace que la persona se detenga un momento, piense una respuesta y se crea una conversación mucho más interesante.
- Seguir el ritmo: durante la conversación, vienen pensamientos a la mente, entonces permíteles seguir. No te quedes pensando en la pregunta que quieres hacer y escucha al otro. Puede servir escribir esta pregunta para no olvidarla, “sacarla” de la cabeza y así no dejar de escuchar. Además presta atención si es que esa pregunta ya fue respondida durante la conversación y no es necesario hacerla más adelante.
- Si no se sabe algún tema, decir que no se sabe: intentar aparentar saber algo que no se sabe, se nota y es incómodo para las partes involucradas. Es mejor asumir que no se sabe, preguntar qué piensa el otro o decir que lo averiguarás y tendrás una respuesta para la próxima vez que se vean.
- No equiparar la propia experiencia con la de los otros: nunca es lo mismo. Si el otro empieza a hablar de un problema en su trabajo, no respondas diciendo cuanto odias tu trabajo porque no es lo mismo, cada experiencia es individual.
- Procurar no ser repetitivo: esto tiende a ser condescendiente y aburrido; generalmente cuando tenemos una idea la repetimos una y otra vez, esto no es útil y cansa al otro. A menos que estés usando una comunicación persuasiva o haciendo una intervención hipnótica (y lo sepas hacer), no repitas muchas veces la idea.
- Evitar los detalles: a la gente la mayoría de las veces no le importan los años, los nombres, las fechas y todos esos detalles, a la gente le importas tú, cómo eres, qué tienen en común.
- Ser breve: interésate en la otra persona. Todos tienen algo que aportar. Tengo la boca cerrada tanto como pueda, mantengo la mente abierta y siempre estoy preparada para sorprenderme, así nunca me desilusiono.
El artículo completo en www.ted.com Celeste Headlee: 10 ways to have a better conversation